La ética de la información ¡Las encuestas son elocuentes! (Por Wilfredo Salinas)
Por Wilfredo Salinas P.
Anuncian los periodistas y comentaristas de noticias en los canales privados de televisión. Pero las razones que arguyen para ratificar esta afirmación, contradicen el amplio sentido que esta expresión tan simple, pero contundente puede tener. La empresa Napoleón Franco y otros prestigiosos medios se atreven a dar las cifras sobre la popularidad de Uribe, que es en este caso el paradigma de líder, sin tener en cuenta la realidad de fondo que tiene el hecho de anunciar un triunfo anticipado. Sobre ello, formularé estas preguntas discretas pero necesarias. Hago la salvedad de que no busco acabar con el favoritismo que dicen estos medios, tiene el presidente candidato (si es tan popular, no veo por qué no enfrentar esta nueva crítica), sino tratar de darle un nuevo rumbo a las tendencias abstencionistas e invitarles a que, analizando los pormenores, les sea más fácil tomar una verdadera opción de participación.
Empiezo por cuestionar la eficacia de dichas encuestas partiendo del hecho de la popularidad de Uribe. Si es tan popular ¿Por qué no ganó el referendo? Ya sé que inició su gobierno y que sus propuestas no contaron con el apoyo que esperaba, porque al parecer, la bancada uribista de aquel entonces en el congreso, era incipiente. No obstante, los cinco millones doscientos y mil que votaron su puesto en las elecciones del 2002, no le dieron el respaldo que esperaba. ¿Contaban con esto las encuestas? Pensemos bien la situación.
Ahora bien. Sabemos que para este tipo de mediciones, que tan alegre (e irresponsablemente) celebran algunas cadenas de televisión, entre ellas RCN, se hacen con llamadas telefónicas a usuarios al azar. Esto debería darle cierta credibilidad ya que podría probarse que entre las mil quinientas llamadas, un amplio porcentaje afirma apoyar al presidente candidato. Pero, ¿Qué pasa con la gente que no tiene teléfono? En los barrios periféricos como Ciudad Bolívar en Bogotá, se mencionó en las noticias del medio día que hay un barrio en el que sólo hay un teléfono para toda la comunidad. ¿Tendría esto en cuenta la firma encuestadora de Napoleón Franco a la hora de entrevistar? Es más ¿Sabrá el presidente que en muchos de los barrios marginales del país, se siguen presentando estos casos de abandono Estatal? Es ignominioso, cómo se entera primero de las encuestas y del número de posibles votantes y no se dé por enterado de estas tristes situaciones.
Por otra parte, y asumiendo que haya una cierta objetividad (como digo, imposible de probar, más tomando en cuenta las anteriores circunstancias) sería conveniente saber si estas firmas no responden a intereses particulares o monetarios. Reitero que no se trata de una campaña de desprestigio, y además, como ciudadano colombiano, me asiste el derecho y la obligación de criticar estos procesos, ya que puede haber vicios de fondo que es necesario corregir a tiempo, por el bien común. Guiado por la lógica de las circunstancias, en este caso la única evidencia que tengo, mi siguiente pregunta radica en la falta de garantías sobre la transparencia de dichas encuestas que miden la intención de voto, más grave aún, cuando sabemos que el país presenta un nivel crónico de abstención del 60%, es decir que menos de un 30% está decidiendo (o tal vez imponiendo) al candidato de su conveniencia, y todos, por vivir en una "democracia participativa" debemos sufrir sus efectos por igual. ¿Cómo sabemos que lo mismo que pasó con las plazas de la costa norte del país, a saber, el fraude de más de trescientos mil votos obligados por las autodefensas, no esté ocurriendo con las llamadas que consulta la firma encuestadora? Puede parecer absurdo, y en cierta medida, desafiante, pero las acusaciones contra el DAS se dijeron en su momento que eran absurdas, y la actitud del presidente fue desafiante con los medios, y al final, podemos ver donde vamos.
De lo anterior, cualquier persona sabrá sacar sus conclusiones, de lo que podría o no suceder de ser cierto lo que dicen las encuestas, algunos, enamorados de la idea de un país en paz (y no los culpo porque comparto esa ilusión, sólo que mi visión es muy amplia) podrán ignorar este comentario o decir alguna diatriba en mi contra, tildándome seguramente de comunista, o peor (he aquí el efecto Uribe en la opinión pública) terrorista. Otros, espero yo, más sensatos y meticulosos, sabrán elegir a conciencia, más allá de las cifras que tanto auguran un triunfo cantado, como se canta el Baloto, que sabrá Dios si habrá algún colombiano que verdaderamente lo haya ganado. El fin de mis preguntas es buscar una información confiable, y no unos datos sesgados por la politiquería innmediatista y populachera de turno. Por eso, pido a los medios de comunicación públicos y privados (en especial a RCN) que sean más sensatos, porque la opinión pública no se puede comprometer, y mucho menos condicionar, de la manera tan arbitraria y atrevida como lo hacen algunos, saboteando el libre derecho a la elección. No queremos unas elecciones al estilo norteamericano, con ese telón triunfalista que pintan sobre el candidato presidente (que entre otras cosas no se ha sometido a la ley de garantías expuesta por la ley que regula su nueva candidatura), porque de una u otra forma, se ha vendido una idea de triunfo que los hechos mismos han logrado descertificar. Si Uribe gana, muy bien, pero que lo haga limpiamente, sin la "mediación malintencionada" de los medios. Cuando uno es bueno, sólo necesita su propio aval: el que le dan sus acciones.
jueves, junio 29, 2006
La ética de la información ¡Las encuestas son elocuentes!
Publicadas por joplin27 a la/s 7:32 p. m.
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